Una pareja de ancianos que cumplían 65 años de matrimonio, deciden ir
a un restaurante para celebrar este evento.
Ya cuando están en el restaurante son atendidos
por un mesero a quien le cuentan el motivo de su celebración.
El mesero los ubica en un lugar romántico
para que disfrutaran de la cena.
El viejito, le dice a ella:
-Mi reina, ¿dónde quieres sentarte?
-Aquí, dice la anciana.
Luego el anciano le pregunta:
-Mi princesa, ¿quieres un aperitivo para comenzar?
La anciana responde:
– No, me gustaría un vinito.
El anciano amoroso le dice:
-Mi ángel ¿qué te gustaría comer?
Ella pide la carta y hace su pedido.
El mesero asombrado, no podía creer lo que oía…
La anciana le dice al viejito, primero iré al baño.
El le responde:
-Ve mi vida, yo aquí te espero…
La anciana se va, y el mesero sorprendido,
le pregunta al anciano:
– ¿Cómo es que después de tanto tiempo, Ud. todavía llama a su Sra. con
esas palabras tan lindas: mi reina, mi ángel, mi princesa,Ud. me tiene maravillado !!
El anciano lo mira y le responde con cara de asombro:
LO QUE PASA ¡ES QUE NO ME ACUERDO CÓMO SE LLAMA!