La dueña de un puteadero le dice a una de sus chicas:
– «Andá a las habitaciones 1 y 2 y colocá una muñeca inflable en cada cama…..han llegado dos viejos que están tan borrachos que no van a notar la diferencia».
La muchacha cumple la orden y los dos viejitos van a sus respectivas habitaciones y le hacen el amor a las muñecas.
Ya en el regreso de vuelta a sus casas, uno de los viejos dice:
-«Creo que la mujer que estaba conmigo estaba muerta».
– «Muerta?», dice el otro. ¿Por qué piensas eso?
– «Es que no se movió ni habló mientras le hacía el amor».
– «Pudo haber sido peor», dijo el otro. «Yo creo que la mía era bruja».
– «¿Una bruja? ¿Por qué lo dices?».
– «Bueno…, lo que pasó es que mientras estaba en los preliminares le di una mordida en el culo, la hijueputa me tiró un pedo en la cara, salió volando por la ventana y se llevó mis dientes…»