Adán andaba holgazaneando por el jardín del Edén, sintiéndose muy solito…!
Así, que Dios, le preguntó:
-¿Qué pasa contigo, Papi?
Adán, le contestó:
-Qué no tengo a nadie con quien hablar.
Dios se propuso darle compañía a Adán… y qué sería… ¡Una mujer!
Le dijo:
-Esta preciosa chica te conseguirá comida y cocinará para ti… y, cuando inventes la ropa, lavará y planchará para ti. Ella siempre estará de acuerdo contigo y acatará cualquier decisión que tomes y no te refunfuñará… Y siempre será la primera en admitir sus errores, cuando esté disgustada. Ella te adorará y reverenciará! Cuidará de tus hijos… y nunca te pedirá que te levantes a mitad de la noche para cuidarles. Nunca tendrá un dolor de cabeza y satisfará todos tus deseos de cualquier tipo.
Entonces, Adán, le pregunta a Dios:
-¿Y cuánto cuesta una cosa así?
-Te costará un brazo y una pierna.
Adán, le preguntó:
-¿Y qué me das por una costilla ?
Y, ya sabes el resto de la historia….
De allí surgió el refrán
«Lo barato sale caro».